lunes, 27 de agosto de 2012

Carta del fugado compañero anarquista Giannis Mihailidis (Grecia)

El 10 de agosto se realiza un atraco a un banco en la localidad de Naousa en isla de Paros. Al fugarse los perpetradores matan a tiros a un taxista que en su fervor de buen ciudadano intenta obstaculizarles la huida. El 18 de agosto los maderos detienen en el barrio Kerameikos de Atenas al compañero anarquista Tasos Theofilou. Por sorpresa Tasos se da cuenta que está acusado de participar en dicho atraco, supuestamente la prueba de evidencia sería el hecho de que su muestra de ADN (tomada en la comisaría central de Atenas después de su detención) es compatible con la de una gorra encontrada en el lugar de los hechos. Toda la basura periodista del país publica sus fotos y todos los medios de comunicación se llenan de descripciones como “monstruo”, “psicópata-terrorista”, etc. y además señalan a los dos compañeros, que están desde más de medio año en busca y captura acusados de pertenencia a la CCF, Giannis Mihailidis y Dimitris Politis, como sus cómplices. Tasos Theofilou se declara anarquista pero niega su participación en el atraco en Paros. Además fue llevado frente al fiscal K. Baltas encargado del caso de la CCF, porque la policía insiste de haberle visto hace un año y medio en compañía de personas que fueron luego arrestadas durante la operación antiterrorista del 4 de diciembre de 2010 (donde se detiene a Kostas Sakkas, Stella Adoniou, Alexandros Mitrousias y Giorgos Karagiannidis, quienes a pesar de negar su pertenencia siguen acusadxs de ser miembros de la CCF).

Finalmente los jueces deciden ponerlo en prisión preventiva, tanto por el atraco y homicidio de Paros como por la pertenencia a la CCF.

Dada la ola desinformativa lanzada por la prensa, TV, maderos y jueces, el compañero prófugo Giannis Mihailidis publicó la siguiente carta (en griego aquí)
Respecto al hecho de ser señalado en relación con los sucesos en Paros
Pequeño relato de una historia de clandestinidad…
Empiezo a escribir, la razón siendo el hecho que hace poco fui señalado por los Medios de Engaño de Masas como cómplice del asesinato de un chivato durante un atraco al banco en isla de Paros. La razón fundamental por que me pongo a escribir es romper el monopolio de la palabra que tiene el Poder, por lo menos en cuanto a mi persona y mis opciones.
Obvio, particularmente irritante es ver como todo periodista miserable que aprendió a arrastrarse y a decir lo que le digan sus superiores, se está refiriendo a mi como a “un despiadado”. Despiadados son los que reproducen mentiras capaces de llevar la gente a la catástrofe.
Por lo tanto interrumpo mi silencio, que bajo la clandestinidad consideraba que me ayudaría a moverme sin hacer ruido, y me decido a hablar. No quiero, sin embargo, hablar de manera fragmentada y crear un imagen victimista de mi persona, por esto me voy a expresar de manera más compleja.
Entonces hablaré yo sobre mi mismo…

Siendo anarquista había decidido tomar parte en cada forma de lucha que según mi opinión promoviera la insurrección y la resistencia contra el Poder, siempre según mis capacidades: desde las acciones públicas como manifestaciones, concentraciones, etc. hasta las formas guerrilleras de insurrección inmediata. Desde que viví la violencia de la represión me he dado cuenta que la lucha anarquista es innata con la violencia. No importa cual sea la aproximación filosófica al tema de la violencia, la realidad está dictando que toda aproximación no violenta es por lo menos hipócrita, ya que supone la aceptación de la violencia del Poder, la cual a su vez obviamente no es sólo la represión sino se está extendiendo de sus formas encubiertas hasta las matanzas en masa de toda gente que nació en un lugar equivocado y en un tiempo equivocado. Aquellos que me presentan como un criminal ensangrentado son defensores de un asesino orden de las cosas. Defensores del salvaje Dominio capitalista basado sobre la sangre y la tortura de personas humanas y animales, sobre la aniquilación de la naturaleza y escondido detrás de los relucientes escaparates y los yuppies bien vestidos, detrás de la imagen y espectáculo. Me he dado cuenta que una de las apuestas de la lucha es organizar la violenta acción liberadora…

Entonces, mientras que participaba en la organización de infraestructuras y acciones guerrilleras, había decidido, junto con otros compañeros afines, estar al lado de los en busca y captura compañeros de la Conspiración de Células del Fuego cuando fueron emitidas las órdenes contra ellos. Se desarrolló una relación de solidaridad y colaboración, empezando por los debates en torno a la estrategia revolucionaria y las maneras de difundir la propuesta anárquica al intercambio de los conocimientos y el apoyo mutuo técnico en nivel de acción. No fui miembro de la organización y no existió de mi parte una total identificación con las posiciones de la Conspiración capaz de sostener algo así. Entonces elegí formar parte de otro colectivo revolucionario sobre el cual evitaré hablar en esta carta para no dar sin intención informaciones al enemigo. Este colectivo habla por sí mismo y en este caso no necesita que le apoye con mi firma.
Esta decisión de estar al lado de los compañeros clandestinos, por la cual sigo estando orgulloso, tuvo como resultado que yo mismo también fuera empujado a la clandestinidad, junto con mis compañeros Dimitris Politis y Theofilos Mavropoulos como también otros, hasta ahora “anónimos” compañeros, y eso después de la operación represiva contra la organización revolucionaria Conspiración de Células del Fuego realizada en Volos (algo que fortuitamente ocurrió sólo unos pocos días después de mi simbólico ataque con arco contra el Parlamento y mi siguiente detención*).

Pero voy a parar un poco y hablar de aquellos días. Fue una gran derrota. No sólo porque cambió mi vida como la conocía hasta entonces, porque fue un terrible golpe contra una importante y ejemplar infraestructura revolucionaria que tuvo la capacidad de atacar frecuente y peligrosamente, además pronunciando un discurso que fortalecía tanto la propagación de la acción misma como la de las percepciones anarquistas revolucionarias. No obstante, la acción guerrillera nunca fue parada y jamás será parada por una desarticulación. Lo único que logra el Estado es enfriar por un momento la llama de la acción revolucionaria. Una llama que no se apagará jamás hasta que sigan existiendo la gente que se rebela contra todo Poder. Hasta que sigan existiendo ideas que se arman por medio de la práctica. Por cierto más allá de esto, era la sensación de ser separado de los compañeros junto con los cuales hicimos nuestros sueños, la sensación que los compañeros están ya secuestrados, una sensación que naturalmente no me fue nueva, ya que poco antes de que llegara el asalto de los maderos en Volos, por el caso de los paquetes enviados a las embajadas fueron aprisionados Gerasimos Tsakalos y Panagiotis Argyrou, un poco después fue el arresto de los 4 de Tesalónica y luego la detención de Mihalis Nikolopoulos. Una sensación la cual no se puede describir sino sólo vivirla nos llevó a la promesa que hemos dado a nosotros mismos: hacer lo que sea para derribar su condición de cautiverio.

Pues, en aquellos días cuando sentí como es estar cazado, cuando desesperadamente intenté seguir siendo libre para seguir luchando, en inicio no teniendo nada de infraestructura pero sí unos fuertes y dedicados compañeros a la causa, pocos en su número pero grandes en su alma, en aquellos días fueron fijados los fundamentos de nuestra posterior vida clandestina. Eramos solo nosotros en contra del Estado, contra miles de maderos e hijos de puta del servicio antiterrorista. Un servicio con manos metidas en los servicios secretos de los países que dominan el mundo. Con toda esa escoria cazándonos, aprendimos a maniobrar, escapar y auto-financiarse.

El siguiente momento importante fue la batalla que tuvo nuestro hermano Theofilos Mavropoulos con los maderos en Pefki. No voy a dar más información sobre el hecho si yo he participado o no en aquella batalla. Lo importante es el extremo compañerismo y la combativa postura de Theofilos, que luchó solo y con un arma contra dos maderos armados, lo que tuvo como resultado el hecho que una persona más siguió en lucha fuera de los muros carcelarios, como también y sobre todo el hecho de que no se llevó a cabo una detención más realizada sin derramar sangre la cual podría sumarse a las victorias de policía en contra nuestro. Deseo que a esos tan ambiciosos siervos del régimen todavía les duelan sus huesitos rotos…

Con un hermano más encerrado en las celdas de la democracia, claramente debilitados vivimos de nuevo una derrota… Una derrota que sin embargo lleva en su interior la victoria. Y eso porque contenía la no entrega. Fue el rechazo de obedecer a las órdenes del Poder lo que ha conducido a la batalla. Fue el fuerte legado dejado por toda batalla sangrienta que dan los revolucionarios contra sus perseguidores. Pero lo principal es que él quedó vivo. Otro de los nuestros allí dentro, que hace más fuerte nuestro deseo de atacar las cárceles y todo lo que ellas representan.

Y más o menos en este punto empieza un juego sucio de la policía contra nosotros, ya que tal vez los maderos de alto rango se dan cuenta que no son capaces de acercarse a nosotros. Por lo tanto empiezan de difundir por los medios unas informaciones mentirosas y dicen que hemos participado en acciones en que no hemos tomado parte y no tienen ninguna prueba de esto. Por alguna razón insisten en hacerlo sobre casos en los cuales saben que son capaces de manejar “el sentimiento del público” en contra nuestra. No les importa simplemente señalarnos sino que quieren difamarnos. Por esto a la bien apuntada acción incendiaria en el metro, por la cual nadie quedó y nadie podía quedar lesionado, la presentan como un “ciego golpe terrorista”. Y mezclan nuestros nombres en esta historia. Entonces no sentía la necesidad de diferenciar mi posición, a pesar de que no tuve nada que ver, y eso porque en todo caso no era una acción con la cual estaba en desacuerdo. Pero la realidad es que en bastantes puntos no estoy de acuerdo con el discurso de la organización revolucionaria “Movimiento 12 de febrero” que asumió la responsabilidad. Al hecho que me refiero tiene sólo importancia para mis compañeros y no para mis enemigos. En todo caso en aquel entonces me parecía lógico que siendo buscado por formar parte de una organización que colocaba bombas, van a considerarme también sospechoso por algo así.

Pero ahora ese juego sucio de los maderos ha tomado dimensiones trágicas. Me señalan por un caso de homicidio, como cómplice en el atraco en Paros. Están creando impresiones y una vez más están torciendo la realidad al hablar de “ataque contra un ciudadano insospechable” y otras demás mierdas que lo único seguro es que no corresponden a la realidad. La repetida referencia a su profesión crea la impresión de que los atracadores le han disparado por ser taxista (!!!) y no porque él les estaba impidiendo la fuga, algo que podría resultar fatal para los atracadores, mientras que nunca fue mencionada alguna referencia a su identidad política: el tipo era un defensor de la Junta. Por cierto, se trata de una imagen que me hago de lo que escriben los mismos periodistas. No estaba allí para saber que exactamente pasó, entonces guardo mi cautela. Esto obviamente no me impide reconocer el papel de chivato en este caso. Tanto quizás como el hecho que me están acusando por esta historia. ¡Han llegado al punto de mostrar los fotos del atraco y especificar cuál de ellos soy yo! E inmediatamente luego lanzan mi foto con el arco tomado en la plaza Syntagma. De esta manera manejan a la opinión pública, por medio de tales montajes fabrican y afirman cualquier mentira que favorece al Poder para conseguir la sumisión de la población. A esas noticias fabricadas se las ve y se deja convencer por ellas todo aspirante a héroe-chivato como lo fue Dimitris Mihas, para luego sacrificarse sirviendo al orden público.

El hecho que dejó clara mi posición de que no estaba allí, no es una mentirita técnica que hago para salvarme. Es una verdad que tengo que divulgar, porque si les dejo decir lo que les da la gana, acabaré siendo inculpado por todo. Y prefiero de asumir las responsabilidades que me corresponden. Al fin y al cabo, no estoy negociando mi sinceridad y apasionadamente defiendo la posición que esto que los revolucionarios dicen en público no puede ser mentira. Porque muy sencillamente, la tendencia de determinar los textos según la línea defensiva dentro del marco institucional (algo comprensible hasta cierto grado), cuando al ser aplicada usurpa/infringe el valor de la sinceridad (no frente a los maderos y jueces, sino frente a los cuales queremos ser escuchados), el discurso acaba perdiendo su importancia revolucionaria y se vuelve una técnica de defensa jurídica. Y finalmente los revolucionarios pierden su credibilidad.
Al haberme enterado del atraco en Paros, mi alma instintivamente se puso con los perpetradores. Me gustaría creer que los maderos no lograrán pillarles. Estoy leyendo artículos de prensa que dicen que están detrás de ellos y pienso: “Qué tonterías. Cuantas veces decían eso sobre mi, que siguen mi rastro y todo fue mentira. Una vez me tuvieron de verdad y los periodistas se cagaron, quizás se van a extraviar…”
En lo que se refiere a eso, hay muchas cosas que me gustaría compartir en esta carta pero me estoy censurando a mí mismo, porque siempre el peligro acecha de que el enemigo saque conclusiones que le ayuden en la guerra contra nosotros. Tal vez vendrá el momento en que esto no será importante para el enemigo y entonces voy a hablar.

Es importante referirme al compañero Tasos Theofilou, que resultó detenido por este caso. No lo conozco personalmente pero tras sus escritos** puedo reconocer que se trata de una persona digna. No tengo confianza en lo que dicen los maderos y en vez de esto confiaré en lo que está declarando el compañero en su carta pública. En cualquier caso considero que necesita nuestra solidaridad y que no sea sepultado por el silencio. Le mando un abrazo fraterno y “compañero, ¡coraje!”
Acabando, mando mi amor a los hermanos con los cuales nos separan los muros carcelarios: al Theofilos, a los miembros de la Conspiración, a los 3 de Tesalónica y a Rami, los que siempre guardan alzada la bandera de la guerra revolucionaria y jamás se entregan. Su (y también de otros compañeros demás que ya han salido de la cárcel) inflexible lucha contra el humillante cacheo corporal les ha costado decenas de días de aislamiento, castigos disciplinarios y algunas huelgas de hambre exterminadoras.
Sus batallas por la dignidad siempre constituyen un impulso para la acción. Una prueba esencial que la lucha sigue también desde los muros de las cárceles, sea desde dentro desarrollo unas fuertes luchas como el rechazo al cacheo corporal o sea con armas y cuchillos intentando robarse tu libertad y fugarte del régimen de cautiverio que te ha impuesto el enemigo, siendo el ejemplo el intento de fuga de la cárcel de Koridallos realizado por los miembros de la CCF junto al Theofilos Mavropoulos.
Y finalmente, mis saludos calurosos a todos los anarquistas, combatientes y presos insumisos, como también a todos los compañeros prófugos en todo el mundo.
HONOR A LOS MUERTOS DE LA GUERRA REVOLUCIONARIA
Por la revolución y la anarquía
INSURRECCIÓN PRIMERA Y SIEMPRE

Desde mi desconocido escondite
Giannis Mihailidis.

Notas de traducción:
*Compañero Giannis Mihailidis fue detenido el 23 de febrero de 2011, cuando durante una huelga general disparaba flechas de su arco contra el Parlamento. Tenía también un martillo encima. A cabo de un par de días fue soltado en libertad sin fianza pero con medidas cautelares (prohibido salir del país, firmar una vez en mes en la comisaría).
**Tasos Theofilou, bajo un seudónimo, administraba un blog (paranoiriko.blogspot.de) bastante lindo y de relatos poéticos.

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